miércoles, 1 de septiembre de 2010

Carteles o Dimito

Breve exergo: extracto de una sustancia inmaterial, con curvas, predefinida, concebida por algunos como alma, tentación, corrientazo inaplazable de un sublime pollo eléctrico.

Renuncio a los carteles, a los conceptos que asume esta sociedad que pudre y que me pone perezosa.

Acepto esta clase de filosofía.

Busco estas nociones.

Onomatopeyo.

Novio:

  • persona que mantiene un vínculo sentimental amoroso con el sexo opuesto.

(Descartado? Los homosexuales no se enamoran?).

  • Persona recién casada

(Imposible no hemos firmado)

Sentimiento:

  • Impresión que causan en el alma las cosas espirituales.

(puede ser tristeza, entonces tendremos sentimientos encontrados de tristeza por la mañana y sentimientos de dolor por la noche)

Conclusión: el amor es tristeza.

Amor:

  • conjunto de sentimientos que ligan a una persona de otra, o bien a las cosas, ideas.
  • Va seguido de una preposición

(Esto sí que me desternilla y me destornilla de la risa)

Por eso perseguimos los instantes en que no nos pertenecemos, no somos de nadie, nadie nos pertenece, muchas veces no somos ni de nosotros mismos, entes inexplicables, medianamente ambiguos que persiguen la felicidad, unos con carteles otros sin ellos y se hacen feliz.

He is gay, y entonces una flecha indica su sentido de homosexualidad, un índice muestra la mariconería, sin tener en cuenta que es un hombre libre, libre de gestos, que hace lo que tiene que hacer cuando le viene en gana…

Miran con ojos retorcidos y asombros despampanantes al que no asume las convenciones de esta ya tan nombrada sociedad y cabe pensar en los estudios antropológicos, en la manía de querer ver y saber del “otro”.

Por eso un grupo de personas no encontradas hemos adjudicado estar en contra de estos carteles que te privan de una rara felicidad, que te reprimen y a todo quieren encontrarle un estudio onomasiológico.

Prefiere verlo ingenuo, inadvertido de la vida, como una especie que vaga y que anda por ahí poniendo nombre a todo objeto que se encuentre.

Mejor concentrarse en un par de ojos que en el fondo tengan mucho que decir.

Y así saldrás atolondrado y casi feliz de esas onomatopeyas que te persiguen cuando encuentras carteles.

Ten la sensación de un cuento, o fábula. Sé tú mismo tu propia perdiz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario