Hablo de un pedazo de pez que fue devorado por un león.
Hablo sin parar y sin acentos y cuando más refuto…
De un pedazo de pez que se comió a besos a un león.
Por muy rara que resulte esta analogía,
Y que este pez hubiese sido
A penas otro trozo de amor confundido,
A penas otro verso dicho
Otra incertidumbre
Otra cita
Otro recuerdo
Se encargaron del silencio y de no advertir las miradas
Sino ofrecerlas más únicas
Sin desvíos esta vez
Sin celebrar lo que solo a ellos les pertenece
Por una sonrisa incierta o una frase evidente y preconcebida.
Fueron depositando poco a poco
En medio de esa inmensa ola de calor
Restos o imágenes
De quienes se sienten todavía impúberes.
Hablaron de su amor y de sus sombras
De sus desconfianzas y sospechas
De las partes de su cuerpo
Que siempre quedarían impunes
Hablaron sin cansancio
Sin reloj de arena
De los muslos
Y de las contorsiones en híbrido de amor
Hablaron de los versos del pez
De las facetas y el superfluo vagaje fútil
De almas devueltas
y de todo lo que estos cuerpos reclaman...
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