jueves, 19 de agosto de 2010

Fábula de un pez y un león o un pez-león o un león-pez.

Hablo de un pedazo de pez que fue devorado por un león.

Hablo sin parar y sin acentos y cuando más refuto…

De un pedazo de pez que se comió a besos a un león.

Por muy rara que resulte esta analogía,

Y que este pez hubiese sido

A penas otro trozo de amor confundido,

A penas otro verso dicho

Otra incertidumbre

Otra cita

Otro recuerdo

Se encargaron del silencio y de no advertir las miradas

Sino ofrecerlas más únicas

Sin desvíos esta vez

Sin celebrar lo que solo a ellos les pertenece

Por una sonrisa incierta o una frase evidente y preconcebida.

Fueron depositando poco a poco

En medio de esa inmensa ola de calor

Restos o imágenes

De quienes se sienten todavía impúberes.

Hablaron de su amor y de sus sombras

De sus desconfianzas y sospechas

De las partes de su cuerpo

Que siempre quedarían impunes

Hablaron sin cansancio

Sin reloj de arena

De los muslos

Y de las contorsiones en híbrido de amor

Hablaron de los versos del pez

De las facetas y el superfluo vagaje fútil

De almas devueltas

y de todo lo que estos cuerpos reclaman...

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