Conversas un par de horas cada día, hablas de música o de poesía (esto suele ser muy subjetivo), entre col y col los labios parecen ser los más sensuales del universo, mientras se acerca una cálida y fría oscuridad. Adviertes los cuerpos desnudos, los cuerpos desnudos solamente. Solo por un instante son los mismos.Tal vez, amanece. Sin despedidas.

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